Uix. Me ha tocado. La cuerda, la grave, la de las reivindicaciones silenciadas.
Al hombre que se ríe conmigo y hasta de mí y que me permite mantener la fatuidad controlada y la generosidad en improvisación permanente.
A estas alturitas de mi vida, y sin poder hablar de sabiduría, ni relativa;), creo que ya podría escribir sobre mis hombres...me ha hecho feliz un instante el pensar que yo también tengo dedicatorias. Soy afortunada. Me hace bien saberlo, sentirlo.
A lo mejor un día me atrevo y escribo sobre ellos. Hoy os dejo con Maruja.
Ética y moral en el debate educativo actual
Fa 3 mesos