de març 31, 2009

Lástima

Tonterías: me había dado lástima.

Lástima por la conciencia clara de que esta situación no era algo excepcional que hubiera elegido por exceso o por capricho, por el inquieto deseo de conocerlo y probarlo todo (lo sublime y lo soez), sino que se había convertido en la situación habitual de mi vida actual. Que era ella la que marcaba con precisión el círculo de mis posibilidades, que era ella la que dibujaba con precisión el horizonte de la vida afectiva que desde ahora me pertenecía. Que esta situación no era una manifestación de mi libertad sino una manifestación de mi determinación, de mi limitación, de mi condena. Y sentí miedo. Miedo de este lamentable horizonte, miedo de este sino. Sentí que mi alma se encerraba en sí misma, que empezaba a retroceder ante todo esto y al mismo tiempo me espantaba que no tuviera a donde retroceder para escapar del cerco.

Gran Kundera. Enmig d'una història grisa, La broma, et planta una dissecció profunda, reflexions d'un personatge, lúcid entre la mediocritat. Estic gaudint d'un llibre que feia temps tenia immòbil, desapercebut entre la resta de l'estanteria. No és meu, no sé de qui és. D'algú que ha viscut en aquesta casa i s'ha deixat la broma abandonada...

1 comentari:

C. ha dit...

Grande, sí. Es curioso como un sujeto puede cambiar la recepción de la historia.