Cuando no pasa nada tiendo a la melancolía.
Tiendo a la tristeza. Esa es mi inercia.
Pura física: Todo cuerpo persevera en su estado de reposo o movimiento uniforme y rectilíneo a no ser que sea obligado a cambiar su estado por fuerzas impresas sobre él.
En reposo o en un movimiento uniforme, echo de menos. Y persevero en esa melancolía. Es un movimiento uniforme y rectilíneo hacia abajo, con la gravedad como única fuerza.
Echo de menos lo que no viví ni en pintura.
Añoro, por ejemplo,
a mi madre perdida
entre mis 6 y mi vida.
Añoro, me hace falta,
haber aprendido a querer y decirlo.
Haber aprendido que me quieren y sentirlo.
Añoro la confianza,
la alegría en la garganta.
Lo que tuve retuve y eso no me lo quita nadie. Esa es la fuerza que me obliga a cambiar de estado, la que me imprime carácter. La que me arranca de mi inercia. La que me permite seguir buscando, trotando, bailando, jugando, trabajando, disfrutando.
Quiero que desaparezca la melancolía,
por ejemplo,
que mi inercia sea vitalidad en calma
y las fuerzas me lleven a la determinación
de ser feliz...resolución.
Resolución de ser feliz
por encima de todo, contra todos
y contra mí, de nuevo
-por encima de todo, ser feliz-
vuelvo a tomar esa resolución.
Otra vez Gil de Biedma.
Gracias por estar ahí,escribo porque sé que estáis ahí. Dentro de mí.
Ética y moral en el debate educativo actual
Fa 3 mesos
1 comentari:
Cuántas veces me viene a la cabeza la palabra "resolución" por este poema.
Qué gran imperativo es llevar dentro este poema.
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