Estic molt cabrejada. A Catalunya tindrem una hora lectiva més. No ens queixem per treballar més, ens queixem de que això voldrà dir una mitja de dos professors menys per institut, per tant dos especialistes menys. Menys atenció a l'alumnat amb dificultats, més diversificació d'assignatures per professor (es com si a una orquestra li treiessin dos trompetes i un violinista hagués de suplir-les entre passatge i passatge), i, òbviament, una hora lectiva més vol dir com a mínim dues hores de preparació (en els nivells més baixos,moltes més si es tracta de batxillerat o cicles formatius-FP), més el seguiment de la feina de l'alumnat. Em sento insultada.
Per a mi democracia voldria dir poder agafar a la cínica inútil i posar-la durant un mes a treballar a jornada complerta amb tutoria en un institut qualsevol de l'area metropolitana de Barcelona, o de Madrid. I llavors que torni a dir lo de que "La mayoría de los madrileños trabaja más de 20 horas". Desgraciada.
El significado de dos horas lectivas
Tres docentes de enseñanza secundaria de la región relatan cómo afectará a su trabajo la ampliación ordenada por la Comunidad que ha irritado al sector
PILAR ÁLVAREZ - Madrid - 31/08/2011
Durante el curso que está a punto de empezar cada profesor de Secundaria, Formación Profesional y Bachillerato de la enseñanza pública madrileña tendrá dos horas más de clase, 20 horas semanales. Ya pasan 18 horas en las aulas y otras tantas (hasta 37,5) dedicados por ley a dar tutorías, reuniones de departamento, guardias, preparación de clases o corrección de exámenes.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, les pide en una carta enviada a cada uno de ellos (son unos 25.000) que en mitad "de una de las situaciones económicas más difíciles por las que ha pasado España en la última década" hagan "un mayor esfuerzo". Les dice que deben "trabajar más" porque las circunstancias del momento son "especialmente graves".
La Consejería de Educación ha estirado casi al máximo la orden estatal que regula desde 1994 el funcionamiento de los institutos, que permite "llegar excepcionalmente a 21 cuando la distribución horaria del departamento lo exija y siempre dentro del mismo". Para Educación, esa excepción está justificada con la gravedad de la crisis. Sindicatos y directores entienden que la ampliación no debería aplicarse en este caso para ahorrar.
El aumento de horas lectivas ha dejado en la calle a más de 3.000 profesores interinos, según los sindicatos. La consejería, que no ofrece una cifra, asegura que deben ser menos porque solo había 1.700 el curso pasado. El ahorro asciende a 80 millones, según estimaciones de Educación. La consejería promete destinar parte de ese dinero para compensar a tutores, jefes de departamento y responsables de tecnología. Los sindicatos amenazan con protestas masivas al arranque de curso. Pero, ¿qué piensan los profesores? Tres docentes explican a EL PAÍS qué significan esas dos horas de más.
"Daré asignaturas que no domino"
FERNANDO J. LÓPEZ, profesor de Lengua y Literatura. Su instituto (IES San Juan Bautista) pierde 10 profesores con el ajuste de horarios. "Este curso asumiré un grupo y una asignatura más", explica. Se suman a los siete grupos a los que impartía Lengua Española y Alemán el curso pasado. "Con la falta de compañeros, tendré que dar unas materias de las que no soy especialista, como Filosofía, Historia o Geografía". Cuenta que, por ejemplo, tarda unas cinco horas en preparar un tema como la literatura romántica. ¿No basta con lo preparado en cursos anteriores? "No, busco nuevos textos, material online y coordino un blog de materiales para mis estudiantes", señala. "Con mi asignatura sé dónde buscar el material didáctico, con las ajenas estoy perdido". Le preocupa además cómo motivar a los alumnos. "Son adolescentes. No vale que les vomites el contenido. Tienes que transmitirles pasión y eso solo ocurre con tu especialidad".
El curso pasado dirigía la revista escolar y el grupo de teatro como actividades extraescolares no remuneradas. "No creo que tenga tiempo para eso el curso que viene".
"Quien no es médico no puede operar"
JOSÉ LUIS DÍEZ, director de un instituto de FP. A José Luis no le salen las cuentas. Este curso tendrá 60 profesores en su centro, el instituto San Blas, que es específico para Formación Profesional. El ajuste tras la ampliación de horas lectivas supone atender a 900 estudiantes con 10 docentes menos que el año pasado. En su caso, además, el problema es que ni siquiera son intercambiables. Un profesor de instituto de Física, por ejemplo, puede dar Matemáticas si no ha completado su horario. A Díez eso no le parece bien, pero entiende que ocurra. Lo que no es posible, continúa, "es destinar a un especialista en electrónica a impartir los talleres de madera, automoción o animación sociocultural". Ha enviado un escrito a la Dirección de Área Territorial para quejarse, pero aún no ha recibido respuesta. "Es como poner a un hombre que no es médico a operar, una locura", prosigue con la queja. La carta que ha enviado la presidenta Aguirre a todos los profesores dice, entre otras cosas, que deben trabajar más. "No nos da miedo trabajar lo que haga falta, pero necesitamos más profesores".
"Que mantengan la calidad"
MARÍA DULCE PASCUAL, profesora de Biología. Pascual estrena curso en un centro nuevo: el IES Vallecas 1. Tal y como estaba distribuida la jornada semanal hasta ahora, siete horas y media del total de 37,5 eran para organizar el trabajo fuera del centro, como corregir exámenes o preparar el temario. A Pascual se le quedaban cortas. Antes dedicaba "entre 15 y 20 horas a la semana" a preparar las clases. La Biología "es una asignatura que requiere estar puesto al día", explica. Y pone un ejemplo: explicar la genética molecular supone tres semanas de clase (12 horas en el aula) y 20 de trabajo fuera. "Las horas lectivas son tremendamente intensas, requieren esfuerzo y dedicación. Al que no lo entienda, yo le diría que es como dar cuatro o cinco charlas seguidas de una hora ante un público difícil". Parte de sus lecciones son en laboratorio, donde la clase se divide en dos grupos. Los sindicatos advierten de que la falta de profesores dificultará esa división. "Hacer dos grupos de 15 alumnos en una clase práctica es fundamental porque el alumno maneja material delicado. Hay que ir uno por uno, y eso, con 30 chicos, es imposible".
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