de novembre 11, 2007

La paz

Fa dies que els impulsos em porten, impulsos inexperts...i m'estan obrint a una perspectiva de les relacions humanes que ja sabia que era allà...però només la vivia en l'anècdota dels altres.

Fa dies que estic aprenent molt, aprenc que hi ha moltes persones que no criden.

La paz de los pazguatos.


La paz

Aquí no grita nadie. Desde hace mucho tiempo

esta ciudad es un caimán amaestrado,

un volcán sometido, sin rescoldos.

Es la paz, que ha colmado finalmente

-creedlo- todo el mundo.

Los mendigos meditan al cabo de la calle

y dan gracias a Dios por tanta buena suerte;

con las aguas benditas se deslavan los hombres

de color fastidioso -¿no sabría,

señor, tararear el blues de los rendidos?- .

De los jardines públicos emanan los perfumes

de las adormideras, y el vientre de los perros

aprendió a ser puntual.

Aquí no grita nadie,

ni hacia Roma-¿qué Roma?-

ni hacia ninguna parte.

Seria impertinencia

turbar tanto esplendor con palabras de aristas

sin pulir, sería extemporáneo, sin duda, y delincuente.

Es hora –convengamos- de invocar las palabras

esféricas –albricias, consumación, futuro-

palabras de sirope dulcemente escandidas

de himnos polifónicos, es hora

de ser por fin poetas alegres

o no serlo.

Todo está bien, gozad, gozad, benditos,

del fragor de esta paz

-la paz de los pazguatos-.

Javier Velaza, Los arrancados

2 comentaris:

wolvie ha dit...

...és veritat...no he entès res....o potser no tinc la sensibilitat per entendre-ho... Però això sí, és molt maco....és que a mi si em treus dels mutatnts, els esquelets d'adamantium i las perturbaciones de la fuerza.....pos eso que sóc limitadillo.....!!!!!!!!!!!!!!!

elisewin ha dit...

Doncs Déu n'hi do lo amplis que són els teus límits!!Perquè afrontar les pertorbacions de la força és algo que a mi se'm fa una muntanya...;)